Reflexionando en torno a la labor docente, estando a punto de egresar de la Carrera de Pedagogía en Historia y Geografía de Educación Media y encontrándome en la parte final de la práctica profesional... he notado que al tener altas espectativas en relación a la posibilidad de Aprendizaje de nuestros estudiantes, genera un ambiente propicio a la hora de fomentar la atención y el esfuerzo de los estudiantes.
El Dominio B del Marco para la Buena Enseñanza (MBE), que es lo que todo docente que se precie de tal debiera saber (conocer) y saber hacer, nos habla de la "Creación de un ambiente propicio para el Aprendizaje" y uno de sus criterios es el "Manifestar altas espectativas sobre las posibilidades de aprendizaje y desarrollo de sus alumnos".
En uno de mis momentos de navegación por esta gran red que es Internet, me he encontrado con una reflexión que tiene relación con lo expuesto anteriormente. habla acerca del valor de las personas, de su valor interior, y que puede resultar significativo para nuestros estudiantes y no tan solo para ellos, sino que también para los docentes y para los que seremos en un futuro cercano... para motivar a nuestros estudiantes a sacar lo mejor de ellos y entregarles lo mejor de nosotros.
"El valor de nuestras vidas
no se establece por lo que hacemos
ni por a quien conocemos,
sino por lo que SOMOS"
En la Universidad, un profesor venía observando que una de sus clases no tenía la motivación suficiente y estaba detectando que la autoestima estaba cada vez más baja, así que un día comenzó su conferencia sosteniendo en su mano un billete de $5000 mientras se lo enseñaba a todo el alumnado.
En el aula había en ese momento más de cien estudiantes a los que les preguntó:
- "¿Quién de ustedes desearía que le regalara este billete de $5000?"
De inmediato se levantaron muchas manos, tal como era de prever.
El profesor entonces dijo:
- "Le voy a dar estos $5000 a uno de ustedes, pero primero déjenme hacer esto."
y de inmediato procedió a estrujar el billete, preguntando después:
- "¿Alguien lo quiere todavía?".
Las manos se levantaron nuevamente y en mayor número que antes.
- "Bien," replicó, "¿qué pasa si yo hago esto?"
Lo tiró al suelo y comenzó a pisarlo con su zapato.
Lo levantó del piso, ahora completamente aplastado y sucio.
- "Ahora, quién de ustedes todavía lo quiere?
Otra vez las manos de casi todos los estudiantes se levantaron rápidamente.
- "Bien, pues siganme un momento", dijo mientras salía por la puerta de la clase sin detenerse hasta llegar al exterior del edificio. Esperó a que terminaran de salir sus alumnos y cuando todos de nuevo le habían rodeado, cogió el billete sucio que llevaba aun en su mano y lo tiró a un charco lleno de barro y hojas secas volviendo a pisarlo para que se quedara totalmente inmerso en el lodo.
- "¿Alguien de ustedes lo querría todavía?" pregunto a la concurrencia, volviendo a ver como todas las manos se levantaban de nuevo.
"Queridos alumnos, acaban de aprender la lección más importante del todo el curso".
Los alumnos se miraban entre si perplejos sin acabar de entender lo que su viejo profesor quería transmitirles, pero siguió hablando.
"No importa lo que le pasó al billete. Lo he arrugado, tirado al suelo, lo he pisoteado, lo he metido dentro del barro más sucio y aun a pesar de todo ello, ustedes todavía desean tenerlo. ¿Por qué? Sencillo, porque todavía no ha perdido su valor. Todavía vale $5000."
"Muchas veces en nuestras vidas, somos pisoteados, estrujados, y tirados al barro. La vida y las circunstancias nos hacen pasar por momentos duros y nos sentimos como si fuéramos inservibles, como si no sirviésemos para nada absolutamente.
Sin embargo no importa lo que haya ocurrido o lo que ocurrirá, ustedes nunca perderán su valor, porque lo que ustedes valen no reside en la situación que les rodea ni en las condiciones en que ustedes viven en cada momento, el verdadero valor reside en su interior y eso nunca cambiará. Y nada, por duro o malo que ocurra, podrá modificar el valor interior de cada uno de ustedes, no lo olviden nunca."
"Sucio o limpio, pisoteado, arrugado, o impecablemente planchado, ustedes son lo que hay dentro de cada uno."
El valor de nuestras vidas no se establece por lo que hacemos ni por a quien conocemos sino por los que SOMOS.
En el aula había en ese momento más de cien estudiantes a los que les preguntó:
- "¿Quién de ustedes desearía que le regalara este billete de $5000?"
De inmediato se levantaron muchas manos, tal como era de prever.
El profesor entonces dijo:
- "Le voy a dar estos $5000 a uno de ustedes, pero primero déjenme hacer esto."
y de inmediato procedió a estrujar el billete, preguntando después:
- "¿Alguien lo quiere todavía?".
Las manos se levantaron nuevamente y en mayor número que antes.
- "Bien," replicó, "¿qué pasa si yo hago esto?"
Lo tiró al suelo y comenzó a pisarlo con su zapato.
Lo levantó del piso, ahora completamente aplastado y sucio.
- "Ahora, quién de ustedes todavía lo quiere?
Otra vez las manos de casi todos los estudiantes se levantaron rápidamente.
- "Bien, pues siganme un momento", dijo mientras salía por la puerta de la clase sin detenerse hasta llegar al exterior del edificio. Esperó a que terminaran de salir sus alumnos y cuando todos de nuevo le habían rodeado, cogió el billete sucio que llevaba aun en su mano y lo tiró a un charco lleno de barro y hojas secas volviendo a pisarlo para que se quedara totalmente inmerso en el lodo.
- "¿Alguien de ustedes lo querría todavía?" pregunto a la concurrencia, volviendo a ver como todas las manos se levantaban de nuevo.
"Queridos alumnos, acaban de aprender la lección más importante del todo el curso".
Los alumnos se miraban entre si perplejos sin acabar de entender lo que su viejo profesor quería transmitirles, pero siguió hablando.
"No importa lo que le pasó al billete. Lo he arrugado, tirado al suelo, lo he pisoteado, lo he metido dentro del barro más sucio y aun a pesar de todo ello, ustedes todavía desean tenerlo. ¿Por qué? Sencillo, porque todavía no ha perdido su valor. Todavía vale $5000."
"Muchas veces en nuestras vidas, somos pisoteados, estrujados, y tirados al barro. La vida y las circunstancias nos hacen pasar por momentos duros y nos sentimos como si fuéramos inservibles, como si no sirviésemos para nada absolutamente.
Sin embargo no importa lo que haya ocurrido o lo que ocurrirá, ustedes nunca perderán su valor, porque lo que ustedes valen no reside en la situación que les rodea ni en las condiciones en que ustedes viven en cada momento, el verdadero valor reside en su interior y eso nunca cambiará. Y nada, por duro o malo que ocurra, podrá modificar el valor interior de cada uno de ustedes, no lo olviden nunca."
"Sucio o limpio, pisoteado, arrugado, o impecablemente planchado, ustedes son lo que hay dentro de cada uno."
El valor de nuestras vidas no se establece por lo que hacemos ni por a quien conocemos sino por los que SOMOS.
1 comentarios:
Me encanto colega que quiere que le diga, muy didactico pues apunta a uno de los problemas de la practica en la enseñanaza el motivar y sobre todo a creer en si mismo, a creerse el cuento como se dice. En estos tiempos donde finalemente somos un numero mas es necesario fortalecer la autoestima, y enseñar a nuestros alumnos a fortaleser sus capacidades y aduirir otras.
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